- Entre el 8 y el 16 % de todas las pacientes con cáncer de mama tienen un cáncer de mama triple negativo, un tipo más agresivo de la enfermedad y con peor pronóstico.
- Tras muchos años sin alternativas eficaces de tratamiento, la llegada de la inmunoterapia está permitiendo mejorar de forma significativa la supervivencia tanto en estadios avanzados como tempranos de la enfermedad.
- Los expertos plantean la necesidad de una nueva clasificación de los tumores triple negativos ante la evidencia de que algunos de ellos son sensibles al uso de la inmunoterapia.
El cáncer de mama no es una enfermedad homogénea, sino que existen diferentes tipos que responden a las características de cada tumor y que hacen que los tratamientos varíen en unos y otros casos. Uno de estos es el conocido como cáncer de mama triple negativo, ya que no tiene ninguno de los “receptores” o características genéticas que se conocen actualmente en esta enfermedad y que muchas veces sirven de diana para algunos medicamentos dirigidos específicamente a ellas.
Se considera un tipo de cáncer agresivo, que tiende a crecer y a propagarse más rápido que otros tipos, y que tiene un mal pronóstico en general. Aunque, por suerte, esto está cambiando recientemente con la llegada de la inmunoterapia, un enfoque que utiliza el propio sistema inmune de los pacientes para tratar los tumores.
El cáncer de mama triple negativo no es el tipo más común de esta enfermedad, que solo en los Estados Unidos afecta a unas 240.000 mujeres cada año. Se calcula que entre el 10 y el 15 % de todos los cánceres de mama pertenecen a este tipo. Pero, en cambio, sus tasas de supervivencia son muy bajas y tan solo entre el 8 y el 16 % de las pacientes logra sobrevivir a los 5 años. Ahora, la llegada de la inmunoterapia abre la puerta a la esperanza.
Por primera vez, mayor supervivencia global
En concreto se ha podido ver que en las pacientes de cáncer de mama triple negativo que expresan PD-L1, una proteína que se encuentra en la superficie de los linfocitos que indica que las defensas están frenadas, mejoran en un 27% la supervivencia global si reciben un tratamiento en el que se combinaba pembrolizumab, un anticuerpo monoclonal anti-PD-1 y quimioterapia. En concreto el estudio KEYNOTE-355 evaluó esta combinación en pacientes con enfermedad en estadio avanzado.
“Hasta ahora, no habíamos logrado mejorar la supervivencia global en el cáncer de mama triple negativo avanzado con un tratamiento basado en inmunoterapia, como hemos hecho con pembrolizumab. Lo sabíamos de otras patologías como melanoma y cáncer de pulmón, pero nunca lo habíamos podido demostrar en este subtipo de cáncer de mama”, explica el Dr. Javier Cortés, director del International Breast Cancer (IBCC) de España, y que lideró este estudio.
Esto sirvió para que fuera aprobada esta combinación en pacientes en estadio avanzado, pero luego también gracias a nuevos estudios, en pacientes en estadio temprano, en donde se pudo ver que las personas con cáncer de mama triple negativo se beneficiaban cuando se les administraba el anticuerpo con quimioterapia antes de la cirugía y se seguía administrando posteriormente solo como tratamiento adicional o adyuvante después de la cirugía.
La doctora Jung-Min Lee, de la División de Neoplasias Malignas en Mujeres en el Centro de Investigación Oncológica (CCR) del NCI, comenta que los medicamentos de quimioterapia convencionales no son eficaces contra el cáncer de mama triple negativo y que se necesitan nuevas opciones de tratamiento. “Ahora estamos en un momento emocionante para la investigación del cáncer de mama triple negativo, ya que observamos el beneficio de usar un inhibidor de puntos de control inmunitario con la quimioterapia en un subgrupo de pacientes en los estadios avanzados o tempranos de la enfermedad”.
Una nueva taxonomía del cáncer de mama triple negativo
Estos resultados plantean un nuevo horizonte en el que la clasificación del cáncer de mama se modifique para incorporar una nueva subcategoría, como destaca el Dr. Cortés. “El cáncer de mama triple negativo con el biomarcador PD-L1 positivo ya no es totalmente negativo; además, este subtipo tumoral también puede expresar otros receptores, como Trop-2 o el receptor de andrógeno, o puede ser HER2 mutado, o incluso puede tener baja expresión de HER2 y ser sensible a terapias antiHER2 que nunca se habían utilizado en este subtipo tumoral. De ahí que clásicamente lo hemos llamado triple negativo porque solo teníamos tres receptores, los de estrógeno y progesterona y HER2, frente a los cuales se podían dirigir los fármacos de que disponemos, y no conocíamos más. En cambio, ahora sabemos que el cáncer de mama triple negativo es una enfermedad muy heterogénea y hay otros muchos marcadores que pueden ayudarnos a subclasificar este subtipo tumoral”.
Cambios en la práctica clínica
Los datos finales del estudio sin duda justifican un cambio en la práctica clínica, añadiendo esta combinación al arsenal disponible para el tratamiento del cáncer de mama. Pero también plantean la necesidad de realizar más cambios y uno de ellos es la incorporación de la escala CPS (Combined Positive Score, esto es Puntuación Positiva Combinada) a las consultas. Este marcador sirve para comprobar si un tumor expresa o no la proteína PD-L1, lo que es clave para una selección de los pacientes.
“En el estudio hemos visto que aquellas pacientes con un CPS superior a 10 eran las que obtenían un mejor resultado, mientras que en el resto no había una mejora. Es por una parte algo negativo, ya que esta combinación no es eficaz en toda la población de cáncer de mama triple negativo, pero por otra parte tenemos una herramienta eficaz que nos ayuda a personalizar el tratamiento”, explica Javier Cortés, quien añade cómo debería incorporarse esta escala al igual que se comprueban los receptores hormonales o la sobreexpresión de HER2 para el manejo de las pacientes de cáncer de mama.
Por Miguel Ramudo
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