- El talco, usado en productos de higiene y belleza, ha sido clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como “probablemente cancerígeno” para humanos, especialmente relacionado con el cáncer de ovario si se usa en la zona genital.
- En el mismo estudio, la IARC también etiquetó al acrilonitrilo, un químico usado en textiles y plásticos, como “cancerígeno para humanos” (Grupo 1). Estos resultados, publicados en The Lancet Oncology, son clave para la salud pública.
- La Dra. María Virginia Fernández González de la Universidad de Granada dijo que en los 90 encontraron asbesto en algunos talcos, pero los productos actuales en varios países ya no lo contienen. Aunque podrían tener otras impurezas, no son cancerígenas.
- Los doctores Katie O’Brien y Alejandro Pérez Fidalgo dicen que el informe de la IARC ayudará a crear nuevas normas de seguridad. Recomiendan no usar talco en los genitales para reducir riesgos, pero aclaran que usarlo antes no significa que tendrás cáncer.
El talco es un mineral que se usa en muchos productos en forma de polvos que se usan para el cuerpo y también como maquillaje. Uno de sus usos más conocidos es durante el cambio de pañales de los bebés. También se acostumbra en regiones húmedas como producto de higiene y cosmética. Parece inofensivo, pero ahora la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha lanzado una alerta ya que algunos estudios han concluido que esta sustancia podría estar relacionada con algunos tipos de cáncer. En concreto, se observó que el uso de talco en los genitales podría estar relacionado con el riesgo de cáncer de ovario.
Los expertos de IARC clasificaron el talco como probablemente carcinógeno para los seres humanos (Grupo 2A) basándose en una combinación de pruebas en humanos y animales. En el mismo comunicado, esta agencia clasificó el acrilonitrilo como “carcinogénico para humanos” (Grupo 1). Se trata de un producto químico utilizado en la fabricación de fibras para textiles, caucho sintético y plásticos. Ambas evaluaciones se publican en un artículo de la prestigiosa revista científica The Lancet Oncology.
La Dra. María Virginia Fernández González, farmacéutica y miembro del grupo de investigación Ciencias Del Suelo y Geofarmacia de la Universidad de Granada, indica en declaraciones al Science Media Center de España que “nuestro grupo lleva estudiando el talco como materia prima mineral de uso farmacéutico y cosmético desde la década de 1990. En nuestras investigaciones hemos podido comprobar que algunos de los talcos comercializados en la década de los 1990 contenían fibras de asbesto (anfíboles), material que puede resultar tóxico”.
Sin embargo, esta experta añade que en investigaciones más recientes (desde la década de 2010), se ha podido comprobar que los polvos de talco de uso farmacéutico y cosmético comercializados en farmacias y grandes superficies de países mediterráneo latinos (España, Francia, Italia, Portugal) y otros como Noruega, Marruecos e incluso en Amazon, ya no contienen asbestos, pero sí pueden presentar algunas impurezas minerales que aunque no causan cáncer, pueden hacer que se incumplan algunas normativas sanitarias.
“A nuestro juicio, el principal problema hoy es garantizar que el talco clasificado como cosmético contenga un porcentaje en mineral talco de, al menos, un 90 % (con un 10 %, como máximo, de los principales impurificantes no carcinogénicos). Es decir, que posea así pureza mineral”, dice la experta.
Por su parte, la Dra. Katie O’Brien, epidemióloga del cáncer, científica del National Institute of Environmental Health Sciences (Estados Unidos), añade que “el objetivo del informe de la IARC sobre el talco es evaluar su potencial cancerígeno. Este informe será utilizado ahora por los organismos reguladores de todo el mundo para evaluar el riesgo real para los seres humanos y establecer normas o directrices de seguridad para la exposición al talco”.
El Dr. Alejandro Pérez Fidalgo, médico del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de Valencia e investigador del INCLIVA Biomedical Research Institute, nos dice que es importante tener en cuenta que esto “no significa que, porque alguien se haya puesto talco alguna vez o incluso que por que lo use con cierta regularidad, este claramente en riesgo, ya que el riesgo de generar un cáncer va a depender de dosis de exposición, tiempo y forma de contacto con el talco”.
Sin embargo, según esta nueva clasificación de riesgo, “sería recomendable evitar en la medida de lo posible el uso genital de polvo de talco particularmente en mujeres. No obstante, esto no significa que el uso previo del talco vaya a provocar un cáncer ni que la exposición previa a este agente vaya a ser claramente el responsable de la aparición de un tumor”.
Por Karla Islas Pieck
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