El volumen de tu vientre aumenta a toda marcha, pero la primera solución que se te ocurre, comprar ropa cada vez más ancha, no es ni la mejor ni la más inteligente. ¿Sabías que toda esa grasa acumulada en la panza es un atentado contra tu salud? Comienza hoy mismo un plan para reducirla.
Hace tiempo que el perfil de tu abdomen va en aumento, tus amigos hacen broma con tu “barriguita de cerveza”, pero solamente pensar en dietas o ejercicios te agota. Todas esas libritas o kilos de más que se han ido acumulando alrededor de la cintura, no han llegado allí de casualidad: estás obviamente ingiriendo más calorías de las que quemas, aunque la genética y hasta la edad pueden influir a la hora de ganar peso de más.
Ya en Vida y Salud te hemos advertido en varias ocasiones que el sobrepeso y la obesidad son enemigos de la buena salud. Pero la grasa que se acumula específicamente en el abdomen, además de darte una panza incómoda y antiestética, resulta más peligrosa todavía ya que puede afectar desde tu corazón hasta tus huesos. Por si fuera poco, el problema no se limita a esos “rollitos” que ves y que impiden que la camisa te quede holgada y hacen que el pantalón te moleste. Un problema aún mayor es la grasa visceral que no se ve y que se acumula en zonas más profundas alrededor de tus órganos internos.
Independientemente de tu peso general, toda esa grasa acumulada en el abdomen aumenta tu riesgo de desarrollar un grupo de condiciones que debes tratar de evitar a toda costa. Aquí tienes la lista:
- Diabetes tipo 2
- Hipertensión
- Enfermedad de las arterias coronarias (las del corazón)
- Ciertos tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal
- Colesterol y triglicéridos altos
- Apnea del sueño
Si quieres comprobar que tienes problema con la grasa abdominal, atrévete a medir tu cintura. Las cifras no engañan. Toma una cinta métrica y pásala alrededor de la cintura, justo encima de los huesos de la cadera y de forma paralela al suelo. La cinta debe quedar ajustada, pero sin que se hunda en la piel. Asegúrate de que la cinta quede al mismo nivel en toda la circunferencia, y si por casualidad el vientre ya es muy protuberante, te convendría acostarte para tomar la medida. Si esta mide más de 40 pulgadas (101.6 cm) estás en terreno peligroso y mientras más te pases de esta cifra, estás en mayor peligro.
Pero por suerte, el problema tiene solución. Tú puedes encontrar la forma de eliminar esa grasa acumulada en tu abdomen y eliminar esa panza: está en tus manos hacerlo lo antes posible. Pero no creas que basta una rutina de ejercicios abdominales para solucionar el problema. Claro que esto te ayudaría a fortalecer y tonificar los músculos abdominales, pero eso es sólo una parte y no te hará reducir el peso adicional más rápidamente. Lo mejor es buscar un plan de pérdida de peso gradual, lenta y progresiva que te permita perder aproximadamente de ½ a 2 libras a la semana (una meta realista para la mayoría de las personas). Un método exitoso debe incluir lo siguiente:
- Un programa de ejercicios aeróbicos y de resistencia (pesas) varios días a la semana
- Ingerir comidas nutritivas en porciones razonables
- Una buena motivación y un sistema de apoyo (tus familiares y amigos pueden ayudarte a mantenerte en forma y a recordarte tus metas, pero debes perder el peso por ti, no por complacer a los demás).
Otras pautas que pueden ayudarte a bajar la panza
- Trata de eliminar los alimentos que contienen más grasa: carnes procesadas, quesos, mantequilla, por ejemplo, pero lo que cuenta en realidad es el total de calorías que consumas. Si aumentas tu nivel de actividad y sustituyes los alimentos más altos en calorías por otros más ligeros (carnes magras, verduras y frutas), podrás perder peso y grasa poco a poco.
- Reduce la cantidad de alcohol que consumes. Aunque el exceso de calorías sea determinante (ya vengan del alcohol, de los carbohidratos o de las grasas), el alcohol tiene una relación directa con el aumento de la cintura.
- Cuidado con las grasas “trans”. Este tipo de grasa aumenta la proporción de grasa abdominal y puede redistribuir el tejido grasoso de otras partes del cuerpo y reubicarlo en el abdomen. ¿Dónde hay más cantidad de estas grasas? Por lo general se encuentran en los productos como la margarina, las galletitas, la pastelería, así como en los alimentos fritos y de comida rápida.
- Elimina o reduce lo más posible la comida chatarra que contiene muchísimas calorías y las grasas que menos te convienen.
- En lugar de sustituir la soda regular por soda de dieta, elimínalas por completo y bebe agua fresca, que puedes acompañar con un chorro de limón.
- Añade alimentos altos en fibra, como granos integrales. Son excelentes para reducir la grasa abdominal.
Recuerda que hacer ejercicios para el abdomen fortalecerán los músculos, pero la mejor forma de perder grasa, incluyendo la abdominal, es comenzar un programa de nutrición bajo en calorías y uno de ejercicios aeróbicos (caminar, correr, montar bicicleta o jugar al tenis) en combinación con ejercicios de resistencia. La recomendación del Departamento de Servicios Humanos y de Salud de los Estados Unidos recomienda al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada, o un mínimo de 75 minutos semanales de ejercicios aeróbicos vigorosos combinados con los de resistencia.
No esperes más si quieres borrar de tu horizonte todo ese grupo de condiciones negativas para tu salud que van de la mano con un abdomen protuberante. Nadie más que tú puede rebajar la panza, así que inscríbete en un gimnasio, ve con tus amigos a hacer ejercicios al parque más cercano, o trota por el vecindario. Cualquier método que selecciones no sólo traerá beneficios a tu salud, te dará más energía y te sentirás mejor.
Publicación original: 2014
Ultima revisión: 2017
Copyright © 2017 Vida y Salud Media Group. Todos los Derechos Reservados.
Imagen © Thinkstock / PeJo29