La primera prueba de embarazo de la que se tiene constancia en la humanidad está registrada en un papiro del Antiguo Egipto que se encuentra en el Museo Egipcio de Berlín, en Alemania. En este se explicaba que la mujer que creyera estar embarazada debía orinar varios días sobre semillas de trigo y cebada. Si germinaban las semillas de cebada, estaba embarazada de un varón, mientras que si germinaban las de trigo, de una mujer. Si no germinaba ninguna, no había embarazo. Hoy en día podemos encontrar tests de embarazo en todas las farmacias y la orina sigue siendo un elemento importante, aunque han mejorado de forma sustancial tanto su fiabilidad como la facilidad y rapidez al realizar la prueba.
Para saber si una mujer está embarazada o no, la clave fundamental se encuentra en la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG). Durante el embarazo, primero el óvulo fecundado y luego la placenta producen esta hormona. El óvulo fecundado suele implantarse en el revestimiento del útero o endometrio entre 6 y 8 días antes de la ausencia del periodo, momento en el cual aparecen pequeñas cantidades de hCG en la sangre y la orina de la madre. Aunque los niveles de hCG son muy bajos al principio, van aumentando con gran rapidez y de forma predecible durante las primeras semanas del embarazo.
“La fiabilidad de las pruebas de autodiagnóstico de embarazo depende un poco del test, pero suelen ser muy fiables si se realizan en el momento correcto, es decir, cuando la concentración de hCG es superior al umbral de detección del test. En estos casos tienen hasta un 99 por ciento de fiabilidad. En los últimos años, algunos test de orina han mejorado en cuando a sensibilidad, llegando a detectar cantidades muy pequeñas de la hormona”, explica María Romero, farmacéutica del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, en España.
Funcionamiento sencillo
Los test que existen de autodiagnóstico tienen todos ellos una forma de funcionamiento sencilla. Es necesario poner en contacto la orina de la mujer con una banda o tira química, que permite, después de unos minutos, obtener el resultado. “Existe la creencia de que el test debe realizarse con la primera orina de la mañana, pero, en realidad, puede hacerse en cualquier momento del día”, comenta María Romero.
Francisca Maria Santandreu, coordinadora de Formación y del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de las Islas Baleares, continúa recomendando esta práctica. “Aunque los test de embarazo pueden realizarse a cualquier hora del día, a primera hora de la mañana es cuando la orina está más concentrada y es entonces cuando es más recomendable hacerlo”.
Antes de comenzar la prueba hay que lavarse bien las manos y retirar el dispositivo de su envoltorio y se recomienda recoger la orina en un envase estéril. “Se puede sospechar de un embarazo desde la primera falta, es decir, la fecha prevista de la menstruación” comenta María Romero, una apreciación en la que coincide Francisca Maria Santandreu.
Falsos positivos y negativos
Aunque se ha trabajado mucho para mejorar la fiabilidad de las pruebas de embarazo, no están libres de poder dar un resultado equivocado, aunque es muy difícil que esto se pueda producir. “Es muy poco probable que se produzca un falso positivo, puesto que los test son muy específicos para la detección de hCG. Sin embargo, hay algunos casos en los que puede aparecer esta hormona en la orina sin que la mujer esté embarazada, por ejemplo si están utilizando medicamentos para la fertilidad que contengan esta hormona, en algunos tipos de cáncer o si ha estado embarazada recientemente, incluyendo aquellos casos de embriones que no se han llegado a implantar”, apunta María Romero. Francisca Maria Santandreu apunta también otras posibles causas para un falso positivo como algunas patologías como quistes ováricos y trastornos hormonales.
Debido a que la concentración de hCG en orina aumenta con el tiempo, si el test se realiza antes de que sea detectable es posible que dé como resultado un falso negativo. “También se puede dar un falso negativo si la orina no tenía la concentración de hCG suficientemente alta, por ejemplo porque es una orina muy diluida por beber demasiado líquido antes de realizarse el test”, comenta Francisca Maria Santandreu.
Una prueba de embarazo será menos precisa si está caducada o si se utiliza de una forma inadecuada. Por eso es importante también revisar la fecha de vencimiento y leer cuidadosamente las instrucciones que vienen con la prueba. Con todo esto presente, las expertas señalan que los test positivos indican casi con total seguridad que existe un embarazo.
En los casos en que la prueba haya dado un resultado negativo y, después de haberlo repetido por segunda vez la menstruación continúa sin bajar, lo ideal será acudir a una consulta con el ginecólogo para verificar la causa del problema e iniciar el tratamiento adecuado, en caso de ser necesario. “Los test negativos deben repetirse a los pocos días si persiste la falta de menstruación o acudir a un centro sanitario para que realicen una prueba en sangre y confirmar de esta manera el resultado”, añade María Romero.
Otras pruebas caseras poco recomendables
De todas las pruebas de embarazo que se pueden realizar en casa, la más fidedigna es el test de embarazo que se compra en la farmacia. Esto no impide que existan algunos otros métodos que, sin embargo, no deberían considerarse una forma fiable para confirmar o descartar un posible embarazo. Así, por ejemplo, cada vez son más comunes las pruebas online, que deben considerarse más una forma de saber cuál es el riesgo de estar embarazada, no debiendo servir como test definitivo ni sustituir la prueba de farmacia o de laboratorio. Estas pruebas online se basan en los síntomas genéricos del embarazo, así como actividades de riesgo, pero no son capaces de evaluar a cada mujer de manera individual ni tomar en cuanta factores más específicos.
También existen diferentes creencias relacionadas con la lejía o cloro, que se supone que es capaz de reaccionar con la hCG produciendo espuma. O calentar la orina, que se basa en la teoría de que al hervir proteínas como ocurre en el caso de la leche se produce espuma y la hCG es un tipo de proteína. También se habla de la prueba del vinagre, basada en el concepto de el pH de la orina en el embarazo suele ser menos ácido que el de una mujer no embarazada.
Ninguna de ellas cuenta con evidencias de que funcionen, existiendo otras posibles razones para explicar los diferentes resultados. Alguna incluso puede suponer un riesgo para la salud de la mujer, como la prueba de introducir un bastoncillo para identificar precozmente si el periodo está bajando y que puede causar lesiones o aumentar el riesgo de contraer una infección.
Por Miguel Ramudo
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