- Un estudio revela un posible vínculo entre el “viagra” y menor riesgo de Alzheimer en hombres
- Los resultados, publicados en la revista Neurology, sugieren un riesgo significativamente menor de Alzheimer en aquellos hombres que tomaron estos medicamentos, especialmente en dosis más altas
- Fármacos como el “viagra” podrían tener impacto en prevención de Alzheimer, según los resultados de este estudio
Un estudio pionero llevado a cabo por un equipo de investigadores de diferentes países ha explorado la relación entre el uso de inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE5I), comúnmente utilizados para tratar la disfunción eréctil, y el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en hombres. El trabajo, liderado por Matthew Adesuyan y su equipo, pone sobre la mesa un posible beneficio adicional de estos medicamentos, entre los que se encuentran sildenafilo (Viagra), tadalafilo, vardenafilo o avanafilo.
La investigación, basada en registros médicos electrónicos recopilados entre 2000 y 2017, identificó a más de 269,000 hombres mayores de 40 años con un diagnóstico reciente de disfunción eréctil. Excluyendo a aquellos con antecedentes de demencia o síntomas cognitivos, se analizó la relación entre tomar este tipo de medicamentos y el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados, publicados en la revista Neurology, revelan que los hombres que iniciaron el tratamiento con estos medicamentos presentaron un riesgo significativamente menor de desarrollar Alzheimer en comparación con aquellos que no los utilizaron. El riesgo disminuyó aún más en aquellos que recibieron más de 20 recetas, sugiriendo una posible asociación dosis-dependiente.
El Dr. Ivan Koychev, investigador clínico principal y neuropsiquiatra de la Dementia Platform UK y de la Universidad de Oxford (Reino Unido) indica en declaraciones al Science Media Centre Reino Unido que “el riesgo parece depender de la dosis, es decir, la reducción del riesgo es mayor con más prescripciones. También es más pronunciado en personas con factores de riesgo de cardiopatía (hipertensión arterial, diabetes), lo que sugiere que el efecto puede deberse a la neuroprotección a través de mecanismos vasculares”.
Este experto añade que “el estudio está limitado por el reto que supone establecer relaciones causales en los estudios epidemiológicos. Además, este tipo de fármacos suele tomarse según las necesidades, por lo que es difícil saber qué cantidad se tomó realmente y con qué frecuencia. Además, la relación con la enfermedad de Alzheimer en particular es controvertida, ya que se sabe que una proporción significativa de los casos de demencia diagnosticados clínicamente como Alzheimer presentan patologías adicionales o alternativas”.
Por su parte, la Dra. Leah Mursaleen, directora de Investigación de Alzheimer’s Research UK añade que este descubrimiento es importante porque el desarrollo de fármacos para enfermedades como el Alzheimer es un proceso costoso que puede llevar muchos años. “La posibilidad de reutilizar fármacos ya autorizados para otras afecciones podría acelerar el progreso y abrir nuevas vías para prevenir o tratar las enfermedades que causan demencia”.
“Aunque se trata de un hallazgo alentador, aún no confirma si estos fármacos son directamente responsables de la reducción del riesgo de Alzheimer, ni si pueden ralentizar o detener la enfermedad. Serán necesarias más investigaciones —incluidos ensayos clínicos— para confirmar si estos fármacos pueden desempeñar realmente un papel en la prevención o el tratamiento del Alzheimer”.
Por su parte, el Dr. Francesco Tamagnini, neurofisiólogo de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Reading comenta que “el papel de la neurotransmisión del óxido nítrico en la consolidación, codificación y recuperación de la memoria se conoce desde hace algunos años. El óxido nítrico interviene tanto periféricamente en la función eréctil (al mediar en la vasodilatación) como centralmente en la cognición, al modular la función neuronal. Por ejemplo, se ha observado que la transmisión dependiente del óxido nítrico es necesaria para la memoria de reconocimiento visual dependiente del córtex perirrinal”.
Es por ello que “en teoría es posible que la promoción de la transmisión nitrérgica pudiera mejorar la función de la memoria, pero la pregunta sigue siendo si la asociación observada está describiendo un efecto directo. Este es un gran estudio, pero se necesitan más pruebas contundentes para comprobar un mecanismo de acción. Podría ser que ejerciera un efecto terapéutico afectando directamente a las neuronas (si el fármaco es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica) y/o aumentando el flujo sanguíneo, pero ambas hipótesis deben probarse”.
Por Karla Islas Pieck
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