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Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son una de las enfermedades psiquiátricas más complejas y con mayor mortalidad, afectando a personas de todas las edades. Según los expertos que participaron en la conferencia “Cuando comer da miedo”. Los trastornos de la conducta alimentaria más allá de la imagen”, celebrada en el Recinto Modernista del Hospital de Sant Pau, la tasa de mortalidad en estos casos es alarmante, alcanzando el 7%, y con un índice de suicidios que se aproxima al 6%. Esta enfermedad afecta tanto a nivel físico como emocional y requiere un tratamiento especializado y multidisciplinar.

¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?

Los trastornos de la conducta alimentaria incluyen afecciones como la anorexia, bulimia y trastorno por atracones, que no solo impactan en la relación con la comida, sino también en la percepción corporal, el bienestar mental y las relaciones interpersonales. Según la Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA), más de 85.000 personas han sido diagnosticadas con un TCA en esa región, lo que corresponde al 1,4% de las mujeres mayores de 15 años que han sufrido anorexia, y al 0,8% que han experimentado bulimia. Sin embargo, estas cifras no capturan la gravedad de las recaídas, que según los datos oscilan entre el 40% y el 45%. En los Estados Unidos se calcula que, entre 5 y 10 millones de mujeres y niñas, así como un millón de hombres y niños sufren de desórdenes alimenticios.

Las causas de los TCA: Un enfoque multifactorial

De acuerdo con la Dra. Mar Carceller, responsable de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital de Sant Pau, los TCA son el resultado de múltiples factores, entre los cuales se incluyen componentes biológicos, psicológicos y sociales. “Me sigue sorprendiendo que una enfermedad mental sea tan antinatural, que puedas llegar a morir de inanición o de tantos vómitos que se te para el corazón”, comenta la doctora, poniendo en evidencia la gravedad de esta condición.

El Dr. Narcís Cardoner, director del Servicio de Psiquiatría de Sant Pau, señala que existe una predisposición genética que puede aumentar el riesgo de desarrollar un TCA, pero también influyen factores psicológicos, como el perfeccionismo o la necesidad de control. Además, los ideales de belleza promovidos por la sociedad juegan un rol fundamental, especialmente entre los jóvenes, para quienes el cuerpo se convierte en un reflejo de su valía personal.

Impacto social y cultural de los TCA

El impacto social de los TCA es considerable, y su prevalencia ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Según el Dr. José Soriano, psiquiatra coordinador de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Sant Pau, hace 30 años era común encontrar solo uno o dos casos en todo un colegio. Hoy, en cambio, “en cada aula de ESO o Bachillerato, hay 1 o 2 personas con un TCA”. Esta tendencia se debe, en parte, al creciente acceso a redes sociales y a la constante exposición a cuerpos ideales, que refuerzan la idea de que la apariencia es crucial para la aceptación social.

En este contexto, la bulimia y la anorexia nerviosa han sido los trastornos más prevalentes, pero el “emotional eating” y los trastornos no especificados, como la bulianorexia, también están aumentando. Esta diversificación de los TCA subraya la complejidad de la enfermedad y la necesidad de abordar múltiples dimensiones en su tratamiento.

Tratamientos para los trastornos de la conducta alimentaria

El tratamiento de los TCA en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Sant Pau es multidisciplinar y abarca las tres vertientes esenciales: biológica, psicológica y social. El enfoque biopsicosocial es fundamental para atender tanto a los pacientes más jóvenes como a los adultos. Desde su creación en 1999, la Unidad ha crecido significativamente, ofreciendo tratamientos a más de 1.800 pacientes al año. Sorprendentemente, alrededor del 40% de estos pacientes tienen más de 35 años, lo que demuestra que los TCA pueden aparecer en cualquier etapa de la vida.

Tratamiento ambulatorio y hospitalario

Si bien la mayoría de los casos se manejan de forma ambulatoria, algunos pacientes requieren mayor intervención a través de ingresos hospitalarios o tratamiento en el Hospital de Día, especialmente en casos graves o cuando no se cuenta con el soporte familiar adecuado. El modelo de Sant Pau evita centrarse exclusivamente en el peso del paciente, como menciona la Dra. Carceller: “En Sant Pau no somos pesocentristas. Hasta que no alcanzas tu peso genético, el cerebro no desconecta el mecanismo del TCA”.

Este enfoque permite una recuperación más sólida, al centrarse no solo en el peso, sino también en la integración del paciente en su vida diaria. Además, la importancia del entorno familiar es clave en el proceso de recuperación, ya que los familiares juegan un papel crucial en la estabilidad emocional del paciente.

El papel de la familia en la recuperación

La familia es un pilar esencial en la recuperación de los pacientes con TCA. Según la Dra. Cristina Carmona, psicóloga de la Unidad de TCA de Sant Pau, “en Sant Pau nos gusta trabajar con los familiares, porque son un recurso crucial para la recuperación del paciente”. A través de grupos de apoyo y terapias familiares, se ofrece orientación a los seres queridos para que puedan acompañar al paciente durante el proceso de sanación.

El caso de Maria Crivillé, hija del ex piloto Álex Crivillé, ilustra cómo el entorno puede influir en el desarrollo de un TCA. Tras ser víctima de acoso escolar, Maria comenzó a perder peso con la esperanza de que su situación mejorara. Lo que comenzó como anorexia evolucionó a bulimia, sin que ella misma fuera consciente de estar enferma. Este tipo de historias reflejan la complejidad de los TCA y cómo, en muchos casos, el entorno social actúa como desencadenante.

Los trastornos de la conducta alimentaria pueden presentarse en cualquier etapa de la vida

Si bien la adolescencia es el periodo más común en el que se desarrollan los TCA, no es exclusivo de esta etapa. Según la Dra. Carmona, los trastornos pueden manifestarse en personas de todas las edades. La anorexia es más prevalente en adolescentes, mientras que la bulimia suele aparecer entre los 20 y los 30 años. Sin embargo, también se han registrado casos de bulimia en niñas de tan solo 12 años y en mujeres mayores de 60.

El caso de la cantante Paula Valls, quien debutó con un TCA durante la pandemia, también resalta que estos trastornos pueden surgir en cualquier momento. Con una personalidad obsesiva, Paula pasó de enfocarse en la música a la comida como una forma de lidiar con la pérdida de control durante el confinamiento. Su historia es un recordatorio de que los TCA no distinguen edad ni profesión, afectando a personas de todos los ámbitos.

Consecuencias físicas y psicológicas de los TCA

Las consecuencias físicas de los TCA son severas y pueden incluir desnutrición, problemas cardiovasculares, osteoporosis y amenorrea en mujeres. En los casos más graves, las complicaciones pueden poner en riesgo la vida del paciente. A nivel mental, los pacientes suelen desarrollar trastornos de ansiedad, depresión, conductas autolesivas e incluso pensamientos suicidas.

Es fundamental abordar los TCA desde una perspectiva integral y prevenir complicaciones graves. La intervención temprana y el acceso a tratamientos adecuados pueden marcar una gran diferencia en el pronóstico a largo plazo.

FAQs

¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son afecciones que incluyen anorexia, bulimia y trastorno por atracones, afectando tanto el cuerpo como la mente.

¿A qué edad suelen aparecer los TCA?
Los TCA pueden aparecer en cualquier momento de la vida, pero son más comunes en la adolescencia. No obstante, también afectan a personas de más de 30 o incluso 60 años.

¿Cuál es el tratamiento más eficaz para los TCA?
El tratamiento más eficaz es el enfoque biopsicosocial, que aborda los factores biológicos, psicológicos y sociales de la enfermedad.

¿Qué papel juega la familia en la recuperación de los TCA?
La familia es crucial en el proceso de recuperación, proporcionando apoyo emocional y ayudando a que el paciente mantenga un entorno estable y favorable.

¿Los TCA pueden ser mortales?
Sí, los TCA tienen una de las tasas de mortalidad más altas entre las enfermedades psiquiátricas, con una mortalidad del 7% y una tasa de suicidio cercana al 6%.

¿Los TCA se pueden curar?
Con el tratamiento adecuado, hasta un 70% de los pacientes con TCA se recuperan. Sin embargo, las recaídas son frecuentes y alcanzan hasta el 45%.

Por Karla Islas Pieck
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