“Nos fuimos todos a dormir temprano y a las dos horas escuché ruidos afuera de la habitación. Era como si se abriera y cerrara una puerta. Con un poco de miedo me levanté y encontré a mi hijo menor parado frente a su puerta. Le pregunté qué pasaba y sin contestarme me miró, pero era extraño, como si tuviera la mirada perdida. Luego simplemente se volvió a meter en la cama y se durmió. Al día siguiente, cuando le pregunté qué estaba haciendo de noche, no recordaba nada. ¿Qué le pasa a mi hijo?” — Pregunta de María, madre de Sebastián de 9 años.
El hijo de María tiene sonambulismo, una condición frecuente en los niños entre los 8 y los 12 años. Si tu hijo padece de lo mismo no debes preocuparte, pues es común. Sólo necesitas entender qué es, aprender a manejarlo y esperar a que desaparezca.
¿Qué es el sonambulismo? Es un trastorno del sueño debido al cual tu hijo se despierta “a medias”, dos o tres horas después de haberse dormido. “A medias” quiere decir que tu hijo se levanta de la cama y puede hacer todo tipo de actividades como caminar, vestirse, comer algo, abrir la puerta y hasta subirse al auto, todo con los ojos abiertos, pero realmente no está despierto. Luego se vuelve a dormir y al día siguiente no recuerda nada de lo que pasó.
¿Por qué sucede? La mayoría de las veces el sonambulismo puede suceder cuando tu hijo no ha dormido lo suficiente, tiene estrés o ansiedad, o ha tenido fiebre. A veces sucede cuando tiene problemas médicos como arritmia (irregularidades en los latidos del corazón), reflujo del ácido del estómago, apnea del sueño o convulsiones. A veces se debe a trastornos mentales como los ataques de pánico o el trastorno de estrés post-traumático. Y, a veces puede asociarse a alguna medicina como antihistamínicos o sedantes , entre otros.
¿Debes preocuparte? No, a menos de que los episodios se vuelvan más frecuentes, o tu hijo tenga comportamientos durante ellos que lo puedan poner en peligro o si tiene otros signos o síntomas, en cuyo caso, debes llevarlo al médico. El sonambulismo es muy común entre los niños, y algunos estudios sugieren que entre el 15% y el 20% de los niños sanos tienen un episodio de sonambulismo alguna vez en la vida. Casi siempre los episodios desaparecen cuando llegan a la pubertad.
¿Puedes despertarlo cuando esté sonámbulo? No es cierto que un sonámbulo se muera si lo despiertan, como algunos creen. Pero sin duda si despiertas a tu hijo a la mitad de un episodio se va a sentir muy confundido y avergonzado por lo que le está pasando o si hizo algo indebido. Así que mejor evítalo.
¿Qué puedes hacer? Aunque los episodios de sonambulismo no son peligrosos, no debes descuidarte pues tu hijo sí se puede hacer daño al caminar dormido por la casa. Lo mejor que puedes hacer es llevarlo despacio hacia la cama y acompañarlo hasta que vuelva a quedar totalmente dormido. Y haz algunos ajustes para evitar que tu hijo se haga daño en episodios en el futuro, como dejar la puerta de la casa cerrada con llave, dormir con él en el primer piso para que no se caiga por las escaleras, y despeja el medio ambiente de los muebles o los adornos con los que se pueda tropezar o golpear.
Al principio puede ser un poco difícil, y como le sucedió a María, hasta producir un poco de miedo. Pero con el tiempo te irás acostumbrando y los episodios se irán haciendo menos frecuentes. Cuando menos lo pienses, estarás diciéndole a tu hijo nuevamente “dulces sueños”. Pero, desde luego, si tienes dudas, consulta a su pediatra.
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