Han compartido alegrías, penas, responsabilidades, la crianza de los hijos… más los hábitos de toda la vida. Por esa razón no resulta difícil sospechar que si un miembro de la pareja padece de diabetes tipo 2, el otro tiene mayor riesgo de desarrollarla. Un equipo de investigadores del McGill University Health Center (MUHC) ha encontrado ya la evidencia de que efectivamente es así. El hallazgo ofrece no sólo implicaciones importantes en la detección de la diabetes, sino además un estimulo para que la pareja trabaje unida para disminuir dicho riesgo.
La lista de los factores de riesgo de la diabetes tipo 2 ya tiene un nuevo componente. Al peso, la edad, el nivel de actividad, la historia familiar y el grupo étnico, entre otros, acaba de incorporarse el factor pareja. Un grupo de investigadores del McGill University Health Center (MUHC), dirigidos por el Dr. Kaberi Dasgupta, encontró que cuando uno en la pareja tiene diabetes tipo 2, aumenta el riesgo un 26 porciento de que el otro en la pareja desarrolle la condición.
¿En qué basaron dicho estudio? En que muchos de los hábitos que pueden llevar a desarrollar diabetes, como el tipo de dieta y el nivel de actividad, se comparten en el hogar. El equipo del Dr. Dasgupta se dispuso a demostrar que efectivamente la diabetes de uno de los miembros de la pareja podría estar relacionada con el desarrollo de la condición en el otro. Para probarlo, analizaron los resultados de seis estudios previos, realizados en diferentes partes del mundo, y observaron factores como la edad, el nivel socioeconómico y la manera en que se diagnosticó la diabetes en unas 75,498 parejas.
Hay que destacar que la mayoría de los estudios utilizados en la investigación se basaron en registros de salud que podrían resultar de algún modo imprecisos. Sin embargo, los que usaron exámenes directos de sangre sugieren que el riesgo de diabetes se duplica si la pareja la tiene. Aún más, también encontraron una fuerte correlación con el riesgo de prediabetes.
¿De qué manera te afecta este hallazgo? En primer lugar, la detección temprana. Los médicos pueden utilizar este dato como una llamada de alerta, al igual que los otros factores de riesgo. Si uno de los miembros de la pareja tiene diabetes tipo 2, es importante supervisar muy de cerca la salud del otro para evitar el desarrollo de la condición o detectar los síntomas lo antes posible.
Lo segundo, e igualmente importante, es la modificación de los hábitos potencialmente negativos, en lo que el apoyo de la pareja resulta vital. Podemos hacer poco o nada para modificar algunos factores de riesgo, como la historia familiar o el grupo étnico al que pertenecemos. Pero hay otros que sí podemos controlar y cambiar a nuestro beneficio. Aquí te proponemos algunos consejos para que pongan en práctica en pareja:
- Sigue al pie de la letra el tratamiento indicado por el médico.
- Haz cambios radicales en tu dieta, evitando los productos procesados, reduciendo el tamaño de las porciones e incorporando más vegetales y frutas.
- Pierde el exceso de peso.
- Aumenta tu nivel de ejercicio.
- Apoya a tu pareja en todo lo relacionado con su condición: el tomar medicamentos, medir el nivel de glucosa en la sangre y visitar periódicamente al médico.
La diabetes tipo 2 es una condición crónica cuya incidencia va en aumento en todo el mundo y que afecta a personas cada vez más jóvenes. Ya que se ha detectado otro factor de riesgo, utilízalo a tu favor para reducir las probabilidades de que tú la desarrolles también.
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