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Según investigaciones recientes, un examen de sangre en las mujeres embarazadas permitirá conocer el sexo del bebé a menos de dos meses de gestación, mucho antes de lo que permiten las pruebas actuales como el ultrasonido, y de una forma menos invasiva y riesgosa que la amniocentesis. El objetivo principal de esta prueba es precisamente reducir los riesgos de los procedimientos invasivos para detectar posibles trastornos genéticos relacionados con el sexo, como la hemofilia.

Todo cambia y evoluciona… desde los objetos de uso cotidiano hasta las costumbres que adoptamos. Con el paso del tiempo, el ritmo de la vida se ha acelerado. Las cosas suceden tan rápido que a veces no tenemos ni tiempo de procesar lo que nos está ocurriendo, como si todo sucediera a la velocidad a la que vuelan los aviones o más aún, tan rápido como la información viaja por el Internet.

Así las cosas, actualmente puede parecer insólito que tus padres (o abuelos, depende de tu edad) hayan tenido que esperar nueve meses hasta tu nacimiento para conocer tu sexo. ¿Nunca te han dicho qué nombre te hubieran puesto si en vez de niña hubieras sido niño o al revés?

Las cosas cambian tanto, que ahora en tan solo nueve semanas los futuros padres podrán resolver esta duda. Bastará con hacerse una prueba sanguínea luego de la séptima semana de embarazo y listo: los futuros papás podrán saber si el bebé en camino es niña o niño.  Increíble, ¿verdad?  Dentro de poco lo que parecerá increíble es que hasta hace pocas décadas alguien hubiera tenido  que esperar tanto tiempo para conocer el sexo del bebé, ya que no existían las ecografías que hoy ya permiten saberlo al cuarto o quinto mes de embarazo.

Denominado ADN fetal libre de células, este nuevo método analiza la presencia del cromosoma masculino (el cromosoma Y) en la sangre de la mamá. Si estos no aparecen, por eliminación se deduce que será una niña, ya que la prueba no logra detectar la presencia de un bebé del sexo femenino.

Las investigaciones recientes consideran que esta prueba, que ya se está practicando en algunos hospitales europeos para embarazos de alto riesgo pero todavía no está disponible rutinariamente en Estados Unidos ni en otros países, tiene un alto nivel de confianza, del 95% a las 7 semanas y del 99% a las 20 semanas. De ese modo, se espera que no corra la misma suerte que otras pruebas anteriores de predicción del sexo, que han ilusionado a los padres con la noticia de esperar un bebé de un sexo y al momento del nacimiento descubrieron que era del opuesto. Estas estadísticas son en laboratorios serios que siguen los pasos para analizar las muestras correcta y cuidadosamente. Hay que tener mucho cuidado con los laboratorios que ofrecen sus servicios por Internet ya que muchos no son de calidad.

Al respecto, fue muy divulgado el caso de un laboratorio llamado Acu-Gen, que se declaró en  quiebra debido a la cantidad de reclamaciones de mujeres que se hicieron la prueba y obtuvieron resultados diferentes al momento del parto.

El nuevo examen de sangre, en cambio, ofrece más garantías y abre nuevas esperanzas. Al ser más confiable, permitirá tomar acción frente a posibles enfermedades genéticas que pueden producirse de acuerdo al sexo del bebé, como el síndrome de Down y la hemofilia. Este último, por ejemplo, es un trastorno que sólo se produce en los niños. Si la mamá sabe que el bebé que espera es niña, no necesitará someterse a otros procedimientos de diagnóstico más riesgosos, como la amniocentesis, que puede provocar la pérdida del bebé.

Como contrapartida, algunos especialistas temen que este estudio se utilice para seleccionar el sexo del bebé y que la pareja decida abortar si no resulta ser el que esperaban. Esto, que a muchos puede parecerles cruel y poco ético, es actualmente un problema en algunos países en donde existe el control de natalidad.

Así, por ejemplo, se estima que en los próximos 20 años, en gran parte de China, India y algunas ciudades de Corea del Sur, habrá entre un 10 y un 20 por ciento más de jóvenes varones, debido al aumento de abortos selectivos por razón de sexo, que son posibles gracias al fácil acceso a la tecnología de ultrasonido con la que se puede detectar el sexo de los hijos. Y en donde los varones son más deseados que las niñas.

Por el mismo motivo, en India también está aumentando la cantidad de abortos en base al sexo del bebé. Se estima que casi medio millón de fetos femeninos están siendo abortados cada año, ¡más que todas las niñas que nacen anualmente en Gran Bretaña!

Por eso, los especialistas enfatizan que estas pruebas no fueron desarrolladas para seleccionar el sexo del bebé sino para poder detectar y actuar frente a enfermedades hereditarias y no recomiendan su uso con otro fin.

Y es que no debería ser de otro modo. ¿Te obsesionarías con el sexo de tu bebé? Al fin de cuentas, qué importa si es niño o niña, tu hijo o hija será un pedacito de ti, una demostración de amor y de vida, tu orgullo y tu alegría…

Imágen © iStockphoto.com / simon masters

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