Es probable que hayas escuchado alguna vez que “tomar una copa de vino tinto al día es bueno para el corazón”. Y seguramente la persona en cuestión refiere que “lo dicen los médicos”. Es cierto que algunos vinos tintos de buena calidad son ricos en polifenoles, que son compuestos de origen natural con efectos saludables sobre el sistema cardiovascular. Pero estas sustancias también se pueden encontrar en otros alimentos, como las uvas, los caquis, las fresas, las alcachofas y los lichis, el aceite, el té (sobre todo el té negro y el té verde), el cacao y el chocolate, los frutos rojos, las alcaparras, las cebollas y las manzanas. Y todos ellos están libres de alcohol.
Estudios recientes demuestran que no existe una cantidad segura de alcohol y que cualquier consumo incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades como cáncer de esófago, de hígado, de intestino, colorrectal y de mama. Cuanto más alto sea el consumo, más incrementa el riesgo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), así como otras instituciones internacionales, están proponiendo medidas de salud pública para reducir su consumo a nivel mundial.
Un estudio reciente, publicado en la prestigiosa revista científica JAMA Netw Open, ha estudiado la relación entre el consumo diario de alcohol y la mortalidad por todas las causas. Los investigadores hicieron una revisión sistemática y metaanálisis de un total de 107 estudios publicados entre 1980 y 2022 en varios países, que involucraron a más de 4,8 millones de participantes.
El estudio encontró que no hubo reducciones significativas en el riesgo de mortalidad por todas las causas para las personas que bebieron menos de 25 gramos de etanol por día. Eso significa que no se encontró un beneficio en beber aproximadamente 2 bebidas estándar.
Además, los investigadores pudieron comprobar que hubo un riesgo significativamente mayor de muerte por todas las causas entre las mujeres que bebían 25 o más gramos por día y entre los hombres que bebían 45 o más gramos por día. Es decir, unas 3 o 4 bebidas alcohólicas estándar cada día.
Este estudio confirma una vez más que el consumo moderado de alcohol no ofrece beneficios para la salud, por lo que es importante que las personas sean conscientes de los riesgos asociados con el consumo de alcohol, especialmente en cantidades mayores a las recomendadas.
Los autores del estudio señalaron la necesidad de investigaciones futuras que examinen la relación entre el consumo de alcohol y la mortalidad por causas específicas, como la enfermedad cardíaca y el cáncer.
María Dolores Chirlaque López, jefa de servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de la Región de Murcia, en España, dice que “el trabajo es un análisis riguroso que recopila la mejor información epidemiológica disponible”, en declaraciones al SMC España.
La experta destaca que los resultados confirman la evidencia previa de un efecto nocivo del consumo elevado de alcohol, al tiempo que no sugiere un efecto protector ni de riesgo en consumos moderados. El consumo bajo o moderado de alcohol no se asocia con mayor ni menor riesgo de mortalidad global, de forma que no se muestra beneficioso, pero tampoco de riesgo. El hecho de no observar mayor o menor riesgo no significa que no exista, sino que no se ha podido probar en el presente estudio.
Por su parte, Rosario Ortolá, investigadora del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Madrid y CIBERESP, añade que “actualmente no hay dudas de que beber en exceso es claramente perjudicial para la salud, pero sigue habiendo controversia sobre los efectos del consumo moderado, aunque cada vez van apareciendo estudios con metodologías más rigurosas que no observan ningún beneficio del consumo de pequeñas cantidades. Los resultados de este estudio irían en esta línea, puesto que no encuentran un menor riesgo de muerte para consumo bajo o moderado, pero sí un mayor riesgo para consumo elevado. Además, en mujeres el riesgo empieza a aumentar con cantidades más bajas de alcohol, algo que ya se conoce y se refleja en unos límites de riesgo establecidos más bajos para mujeres que para hombres. Los resultados se podrían aplicar perfectamente a nuestro entorno, puesto que el trabajo incluye numerosos estudios realizados en varios países diferentes”.
Como limitaciones del trabajo están los posibles errores en las cantidades que los participantes dicen que toman, y en la clasificación de los no bebedores, puesto que en algunos estudios es difícil saber si realmente nunca han bebido o han dejado de beber por problemas de salud.
“A raíz de este trabajo, no debería recomendarse el consumo de alcohol para mejorar la salud, ni siquiera de pequeñas cantidades, y tener claro que, si se bebe, cuanto menos mejor”.
Por Karla Islas Pieck
© 2023 Hispanic Information and Telecommunications Network, Inc (HITN). All rights reserved.
Imagen: ©Shutterstock / StockLite