El Dr. Samuel C. Dudley, director de cardiología del Instituto Cardiovascular de los hospitales de Rhode Island, Miriam y Newport, Estados Unidos, ha desarrollado una sencilla prueba de sangre que puede predecir el riesgo de que un paciente sufra un paro cardíaco, lo que les permite a los doctores determinar con mayor exactitud y rapidez si el paciente necesita que se le coloque un desfibrilador cardíaco implantable (o ICD por sus siglas en inglés).
El corazón, ese órgano que es vital para la vida, se encarga de bombear la sangre por todo el cuerpo, distribuyendo de este modo el oxígeno que el organismo necesita para funcionar. Y para cumplir con esta función, el corazón cuenta con un sistema eléctrico interno que controla el ritmo de sus latidos que, idealmente, debe ser constante.
Cuando por alguna razón el corazón deja de latir de repente, se produce un paro cardíaco. Esta es la causa por muerte natural más común en los Estados Unidos, en donde aproximadamente 325,000 adultos mueren al año por dicha causa. No hay que confundir esta condición con un infarto o ataque cardíaco. En un infarto, aunque el flujo sanguíneo hasta el corazón se vea afectado, el corazón continúa latiendo. En un paro cardíaco, el corazón se detiene por completo y la persona necesita atención médica inmediata. De lo contrario puede morir en pocos minutos.
Un paro cardíaco puede ocurrir por diferentes causas: trastornos genéticos que afectan el corazón, un trauma (como un golpe), falta de oxígeno por atragantamiento o asfixia durante un ataque de asma severo), electrocución o hipotermia (baja temperatura corporal), pero la causa más común es la arritmia, un problema con el sistema eléctrico del corazón y que hace que éste lata de manera irregular.
Hasta el momento, el método de prevención de primera línea para los pacientes que están en peligro de sufrir un paro cardíaco es la implantación de un desfibrilador. El desfibrilador es un dispositivo que detecta las irregularidades en el latido del corazón (o arritmias) y envía una descarga eléctrica para que el ritmo cardíaco se re-establezca, o sea, vuelva a la normalidad. El riesgo que tiene un paciente se calcula midiendo la fracción de eyección de su corazón, la medida más importante del funcionamiento cardíaco. Cuando esta fracción disminuye por debajo del 35 por ciento, el paciente podría beneficiarse de la implantación de un ICD. Sin embargo, se calcula que alrededor de un 60 por ciento de los pacientes a quienes se les implanta un desfibrilador, no lo necesitan en realidad.
Una sencilla prueba de sangre, desarrollada por el cardiólogo Samuel C. Dudley del Instituto Cardiovascular de los hospitales de Rhode Island, Miriam and Newport, permite determinar con mucha mayor exactitud cuáles pacientes, tienen un riesgo más severo de sufrir un paro cardíaco, y realmente necesitan que se les implante un desfibrilador.
La prueba sería de gran utilidad en Estados Unidos y en otros países en donde la precaución ha llevado al uso excesivo de los desfibriladores implantables, y mucho más en otros países en desarrollo en donde solamente se considera la implantación de un desfibrilador cuando la persona ya ha sufrido un evento cardíaco. De acuerdo al Dr. Dudley, en dichos países, desafortunadamente, solamente un 10 por ciento logra sobrevivir esos eventos. La prueba sanguínea sería una manera económica y efectiva de salvar vidas y disminuir el número de procedimientos quirúrgicos que no son necesarios.
La nueva prueba se encuentra en una etapa piloto y su eficacia será probada más profundamente en una serie de evaluaciones dirigidas por el mismo Dr. Dudley y otros miembros de su equipo. Si se superan, sería una herramienta útil que estaría a la disposición de los cardiólogos y sus pacientes.
¿Sabías que muchas veces un paro cardíaco repentino suele dar señales de aviso previas? Como ya te habíamos informado en Vida y Salud según la Sociedad Americana del Corazón la persona podría experimentar síntomas como dolor en el pecho, falta de aire y palpitaciones hasta un mes antes. Si de casualidad notas algunos de estos síntomas — y muy especialmente, si sufres algún tipo de enfermedad cardíaca — busca ayuda médica de inmediato para que puedas superar el evento.
Si llevas el tratamiento que te indica tu cardiólogo al pie de la letra y procuras tener hábitos saludables, no sólo te sentirás mejor, sino que también le harás un gran favor a tu corazón.
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