Quizás encuentres más lógico que alguien a quien le falte el aire se cruce de brazos y se mantenga en reposo. Pues aunque te parezca ilógico, lo cierto es que una caminata diaria de dos millas (3.21 km) podría beneficiar a las personas que padecen de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), un trastorno de la respiración que, dependiendo de la severidad, puede llegar a ser muy peligroso.
El ejercicio no solamente es clave para una buena salud. Además, proporciona beneficios en varias condiciones crónicas, como las enfermedades cardíacas, la diabetes, ¡y hasta la artritis! A esa lista de condiciones se le ha agregado un nuevo miembro.
De acuerdo a un estudio, realizado en el Hospital Galdakao-Usansolo, en España, y publicado en la revista Respirology, las caminatas diarias de dos millas (3.21 km) al menos, reducen la necesidad de hospitalización debida a crisis serias por problemas con la respiración, como las que produce la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
De acuerdo con la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association), la EPOC es la tercera causa de muerte en los Estados Unidos. Esta enfermedad incluye dos trastornos principales: la bronquitis crónica y el enfisema. La mayoría de los pacientes padecen de ambos.
Aunque uno de los factores principales de riesgo por los que se sufre de EPOC es el tabaquismo, hay otros que debes tener en cuenta, como:
- La exposición al humo “de segunda mano” de los cigarrillos
- Algunos gases o emanaciones químicas que se producen en algunos sitios de trabajo,
- El uso frecuente de gas para cocinar sin ventilación suficiente en el área
- El polvo
- La contaminación del aire
- Los antecedentes familiares
No puedes modificar el último factor, pero sí los anteriores.
Entre los síntomas de EPOC están tos con flema o sin ella, cansancio o fatiga, infecciones respiratorias frecuentes y dificultad para respirar, que se agudiza hasta con las actividades leves. Pero como estos síntomas se presentan lentamente, las personas se van acostumbrando a ellos y no se dan cuenta de que son señales de la enfermedad.
Aunque en la actualidad no existe cura para la EPOC, puedes tomar varias medidas para aliviar los síntomas y evitar que la enfermedad se agrave. El ejercicio es una de ellas.
De acuerdo con el Dr. Cristóbal Esteban, autor del estudio español mencionado, la actividad física es como una medicina que alivia el EPOC, y que de paso mejora también el estado general de salud. Y caminar a diario aumenta la capacidad de hacer ejercicio de los pacientes.
En el estudio, el Dr. Esteban y su equipo analizaron a unos 550 pacientes de EPOC, provenientes de cinco clínicas de enfermedades respiratorias de España. Los investigadores calcularon el nivel total de ejercicio de los participantes, basándose en sus propias declaraciones sobre su actividad física en el transcurso de una semana. Los datos obtenidos de los pacientes se compararon con los expedientes de internamiento del hospital, y el período de seguimiento se prolongó no menos de dos años.
Los pacientes de EPOC que mantuvieron un nivel más bajo de actividad física regular tuvieron alrededor del doble de hospitalizaciones provocadas por la enfermedad que los que tuvieron los niveles más altos de actividad física (en la mayoría de los casos, este nivel equivalía a caminar de dos a cuatro millas a diario).
En opinión de la Dra. Venessa Holland, pulmonóloga de Houston Methodist Hospital, en Texas, el estudio reafirma lo que ellos han practicado con los pacientes de cualquier tipo de enfermedad pulmonar obstructiva. Según ella, la actividad física es importante en todas las enfermedades, porque mejora la salud y la calidad de vida. La gente solía pensar que si tenías EPOC no debías practicar actividades físicas. El estudio revela lo contrario.
Si padeces de EPOC y se te dificulta caminar distancias largas debido a la falta de aire, sigue el consejo del Dr. Esteban: sal a caminar con otras personas, o saca a pasear a tu perro. Eso te ayudará a mantenerte motivado.
Y recuerda: si tienes la motivación es difícil que abandones la beneficiosa práctica de caminar. De hecho, muchos de sus pacientes con trastornos pulmonares serios que no han requerido hospitalización incluyen suficiente actividad física en la rutina de su vida diaria. Sigue su ejemplo, disponte a respirar profundo ¡y a caminar!
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