Parece una noticia de ciencia ficción, pero no lo es. En base a investigaciones neurobiológicas se han desarrollado unos lentes especiales que tienen filtros capaces de hacer que el ojo humano vea más allá de los límites habituales y distinga algunas enfermedades y algunas emociones. Aquí te contamos más detalles.
“Ojos que no ven, corazón que no siente”. Así dice el dicho popular. El punto es que con los nuevos avances de la ciencia y la tecnología, tal vez pronto sea posible que unos lentes le permitan a tus ojos ver lo que siente el corazón de otra persona. ¿Sorprendente, verdad?
Parece tomado de una película de ciencia ficción pero ya existe en la vida real: el investigador Mark Changizi, neurobiólogo evolucionista, junto con sus colegas del centro de investigación de la cognición humana, 2AI Labs, ha desarrollado unos anteojos especiales denominados O2Amp, que amplifican la habilidad natural de los ojos de detectar cambios en el color y la tonalidad debajo de la piel.
A diferencia de los lentes para el sol, que además de bloquear los rayos ultravioletas te quitan visión del entorno (¿no te pasa a veces que debes mirar por encima o quitarte los lentes para ver quién te habla?), este nuevo desarrollo permite ver aún el entorno y más: ¡son capaces de detectar el estado de ánimo y/o de salud de las personas!
La naturaleza es sabia y la capacidad que tenemos de ver el mundo en colores también tiene una función de supervivencia, para detectar amenazas y diferenciar alimentos, por ejemplo. Del mismo modo, nos permite “leer” a los demás, como cuando a alguien se le ponen las mejillas coloradas por vergüenza o enojo. A veces, la piel cambia de color porque estamos enfermos, como ocurre cuando alguien se pone pálido porque le baja la presión o su piel se vuelve amarilla, a causa de algún problema en el hígado.
El tema es que a veces estas distinciones no son tan claras o, simplemente, no podemos verlas a simple vista. Pero estas lentes, que ya se están usando de manera experimental en el hospital Mount Sinai de New York, en Estados Unidos, tienen filtros especiales que, por ejemplo, les permiten a los médicos y a otros profesionales de la salud ver con más claridad las venas por debajo de la piel (así una enfermera, por ejemplo, no tendría que pinchar varios lugares antes de colocar la inyección) o el color de la sangre, para determinar si la persona tiene anemia (la sangre se verá de un color más verdoso con los lentes).
En detalle, se han desarrollado tres filtros diferentes que les permiten a los médicos ver a través de los distintos niveles de oxigenación de la sangre. Esta tecnología se basa en la investigación previa de Changizi sobre el color de la visión en los primates, según la cual a lo largo del tiempo el color de la visión ha evolucionado para “detectar las modulaciones de la oxigenación en la hemoglobina debajo de la piel”, lo que explica por qué es posible percibir, por ejemplo, cuando una persona está avergonzada, pues sus niveles de oxígeno cambian debajo de la piel.
Estos avances que por el momento se están usando de manera experimental, podrían ser una herramienta que facilite y mejore el trabajo de los médicos. Además, el equipo de Changizi está probando estos lentes para usos más cotidianos, en busca de potenciar la vida social. Por ejemplo, en el póquer, los deportes y la seguridad.
A quienes ya hemos superado cierta edad solían preguntarnos cómo imaginábamos el mundo dentro de 50 o 100 años. La velocidad actual en la que se conocen nuevos adelantos científicos a veces nos hace pensar que tal vez no falte tanto para que esas cosas que nos imaginábamos para un futuro de ciencia ficción se conviertan en cuestiones de la vida actual.
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